ASUNTO PRINCIPAL : JP01-P-2009-001676
ASUNTO : JP01-P-2009-001676
En el presente asunto jurídico penal, se llevó a efecto, en el día de hoy, la celebración de la audiencia oral de presentación, ante este juzgado, cuya acta inmediatamente antecede del folio 31 al 34, en dicho acto, el ciudadano Fiscal Octavo (8°) del Ministerio Público de este Estado Guárico, con sede en Altagracia de Orituco, abogado Emerson Amaya, presentó al presunto imputado DARWIN RAFAEL ÁVILA FERNÁNDEZ, de conformidad con lo establecido en los artículos 130, 248 y 373 del Código Orgánico Procesal Penal, por la presunta comisión de los delitos de AMENAZA y VIOLENCIA FÍSICA, previstos y sancionados en los artículos 41 y 42, respectivamente, de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en perjuicio de la ciudadana María Josefa Gómez; en ese sentido, la representación Fiscal del Ministerio Público, solicitó:
• La aplicación del PROCEDIMIENTO ESPECIAL, y, se declare la aprehensión del presunto imputado como flagrante, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 79, 94, siguientes y 93, respectivamente, de la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
• La aplicación de MEDIDAS DE PROTECCIÓN Y DE SEGURIDAD, contempladas en el artículo 87 numerales 5 y 6 eiusdem, así como también, la aplicación de la MEDIDA CAUTELAR, contemplada en el artículo 92 numeral 8 ibídem, en relación con el artículo 256 numeral 3 del Código Orgánico Procesal Penal.
Previamente, a la exposición de la Fiscalía, estando presente en el acto, el imputado ya mencionado, el tribunal le advirtió del derecho de nombrar un abogado de confianza (privado) ó solicitar la designación de un Defensor Público Penal, quien manifestó tener su abogado que lo asistiera y representara en la defensa técnica, por lo que este juzgado, pasó de inmediato a tomar la aceptación y juramentación, al abogado en ejercicio, con domicilio en Altagracia de Orituco, Estado Guárico, Juan José Tovar Arias, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 46.978, titular de la Cédula de Identidad N° V-8.766.266.
Escuchadas las imputaciones fiscales, este tribunal impuso al precitado imputado DARWIN RAFAEL ÁVILA FERNÁNDEZ, del Precepto Constitucional, establecido en al artículo 49 numeral 5 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como de los artículos 131 al 137, todos del Código Orgánico Procesal Penal y de los presuntos hechos punibles imputados; se le interrogó sobre su deseo de rendir declaración, a lo que respondió positivamente, exponiendo su respectiva deposición en la sala de audiencias; se procedió a tomar sus datos personales, quedando identificado plenamente en el acta. No fue interrogado por las partes.
Se le concedió el derecho de palabra, al Defensor Privado y de Confianza, Abg. Juan José Tovar Arias, a los fines de que expusiera sus alegatos y argumentos respectivos, quien manifestó entre otras cosas: Que no hacía oposición a la solicitud efectuada por la representación fiscal, referente a la aplicación del procedimiento especial y a las medidas solicitadas.
La víctima, ciudadana: María Josefa Gómez, no estuvo presente en el acto.
Este juzgado, oídas las exposiciones de las partes y revisadas las actuaciones contenidas en este asunto jurídico penal Nº JP01-P-2009-001676, para dictar su veredicto respectivo, estima lo siguiente en su fundamentación:
DEL DERECHO
De los autos, se desprenden suficientes elementos de convicción procesal, sobre la comisión de los delitos de AMENAZA y VIOLENCIA FÍSICA, previstos y sancionados en los artículos 41 y 42, respectivamente, de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en perjuicio de la ciudadana María Josefa Gómez; los cuales merecen penas privativas de libertad de: PRISIÓN DE DIEZ (10) A VEINTIDÓS (22) MESES y PRISIÓN DE SEIS (6) A DIECIOCHO (18) MESES, respectivamente, cuyas acciones penales no se encuentran evidentemente prescritas, así como también, existen fundados elementos para estimar que el imputado DARWIN RAFAEL ÁVILA FERNÁNDEZ, ha sido el autor ó partícipe en la comisión de los referidos hechos punibles, encontrándose llenos y satisfechos los dos primeros presupuestos exigidos en el artículo 250 del Código Orgánico Procesal Penal.
La corporeidad delictiva y la participación de este imputado en los hechos en este caso en concreto, se encuentra demostrado en autos, con los siguientes elementos de convicción procesal:
1. Con el acta policial, que cursa al folio 1 y su vuelto.
2. Con las actas de entrevistas, que cursan del folio 4 al 7, y sus vueltos.
3. Con el acta de denuncia, que cursa al folio 8 y su vuelto.
4. Con el acta de entrevista, que cursa al folio 9 y su vuelto.
5. Con la Experticia Médico Legal, que cursa al folio 15.
6. Con el acta de investigación penal, que cursa al folio 17 y su vuelto.
Por otra parte, este órgano jurisdiccional, atendiendo a lo pautado en los artículos 79, 94 y 98 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, estima que lo procedente y ajustado a derecho es, la PROSECUCIÓN DEL PRESENTE PROCESO POR LA VÍA ESPECIAL., habiéndose cometido los hechos en flagrancia (art. 93 eiusdem), por cuanto pudiesen presentarse dentro de la investigación fiscal, nuevos elementos de convicción procesal para el total esclarecimiento de los hechos.
Ahora bien, en relación a la conducta predelictual del imputado DARWIN RAFAEL ÁVILA FERNÁNDEZ, se tiene que, cursa al vuelto del folio 17 de la presente pieza jurídica, información proveniente del Sistema (COMPUTARIZADO) Integrado de Información Policial (SIIPOL) y de los archivos locales del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, Subdelegación de Altagracia de Orituco, Estado Guárico, SOBRE LA EXISTENCIA DE REGISTROS POLICIALES, con respecto a este individuo, siendo evidente, que es mala, su conducta predelictual.
DE LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN, DE SEGURIDAD Y CAUTELARES
Por otra parte, de conformidad con lo establecido en los artículos 250 y 256 del Código Orgánico Procesal Penal, es evidente que, encontrándose llenos y satisfechos los supuestos que motivan la privación judicial preventiva de libertad, pueden éstos supuestos ser razonablemente sustituidos, con la aplicación de una medida menos gravosa, en razón del principio de afirmación de la libertad, considerando este tribunal, que es procedente y ajustado a derecho en el presente caso bajo estudio, el otorgamiento de MEDIDAS DE PROTECCIÓN, DE SEGURIDAD y MEDIDAS CAUTELARES SUSTITUTIVAS A LA PRIVATIVA, contra el imputado DARWIN RAFAEL ÁVILA FERNÁNDEZ, en razón a que, la pena que se llegaría a imponer por estos delitos, no es como para que se presuma el peligro de fuga, tal como lo establece el legislador, en su artículo 251 parágrafo primero del Código Orgánico Procesal Penal, ni tampoco el peligro de obstaculización en la investigación, según lo pautado en el artículo 252 eiusdem.
Adminiculado a ello, tenemos lo establecido en el artículo 253 ibídem, cuyo legislador patrio, establece que: “Cuando el delito materia del proceso merezca una pena privativa de libertad que no exceda de tres años en su límite máximo, y el imputado haya tenido una buena conducta predelictual, la cual podrá ser acreditada de cualquier manera idónea, sólo procederán medidas cautelares sustitutivas” (Negritas y subrayado nuestro); lo que significa que, dicha disposición procesal penal, se adecua de manera parcial al presente caso bajo estudio, ya que el imputado posee una mala conducta predelictual por poseer registros policiales, pero, no obstante a ello, la pena de los delitos que se le imputan no exceden ninguno de ellos, de tres (3) años en su límite superior., por lo que, le son procedentes a este imputado que nos ocupa, la aplicación de medidas cautelares sustitutivas a la privativa, en este caso en particular, en razón de la naturaleza de la materia ventilada, denominadas, medidas de protección, de seguridad y cautelares.
Hay que tomar en cuenta por otra parte, que los delitos en cuestión, a criterio de este tribunal, pudieran encontrarse bajo la resolución de una de las medidas alternativas a la prosecución del proceso, previa la solicitud previa y voluntaria de las partes, debido a que aún no existe acusación formal contra dicho imputado, pudiéndose resolver este asunto en la fase intermedia o previa al debate, con la aplicación de cualquiera de las medidas alternativas a la prosecución del proceso a utilizar, sin necesidad de entablar un juicio por los daños físicos, psicológicos y/o emocionales ocasionados a su víctima, los cuales pueden ser traducidos y satisfechos fácilmente mediante una reparación de tipo simbólica u de otra especie, por tratarse en el presente caso bajo estudio, de delitos cuyas penas no son de mayor entidad, ni gravedad, pudiendo existir a futuro, la voluntariedad entre ambas partes interesadas en consentir la aplicación de una de esas medidas alternativas, como ya se dijo antes, por ejemplo, la suspensión condicional del proceso o cualquiera otra (aplicación del procedimiento especial por la admisión de los hechos).
Igualmente, conforme a la garantía de presunción de inocencia ninguna persona puede ser declarada responsable hasta que no se pruebe su culpabilidad a través de una sentencia condenatoria, y consecuencialmente se le debe presumir su inocencia, y tomando en consideración la vigencia de esta garantía procesal es necesario la realización de un proceso justo donde se respete el debido proceso, debido a que este, se encuentra conformado precisamente por la presunción de inocencia entre otros, de esa forma el estado garantiza el cumplimiento de los medios para hacer efectiva la defensa.
En virtud de esta garantía de la presunción de inocencia, el fiscal debe probar la culpabilidad y el imputado tiene el derecho de contrarrestar la acusación, y si se da el caso de que el imputado no rinde declaración, su silencio no podrá estimarse en su contra, el puede declarar cuando quiera y las veces que lo desee. El imputado debe considerarse inocente antes y durante el desarrollo del proceso.
La presunción de inocencia constituye una consecuencia del juicio previo, y guarda similitud con la máxima in dubio pro reo y es igual o se equipara con la falta de pruebas, esto es, que todo hombre es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad, y el juez, en caso de duda, debe resolver a favor del imputado, para que no se vea afectada su libertad y demás derechos fundamentales.
En cuanto a la garantía de afirmación de la libertad, se entiende que el legislador estatuyó como regla: la libertad y como excepción: la detención. Como una consecuencia de la garantía de presunción de inocencia, el legislador patrio, regula de manera humana las medidas cautelares sustitutivas de libertad para ser aplicadas a los sujetos que se encuentren en calidad de imputados y que satisfagan el cumplimiento de los requisitos para otorgarlas.
En ese sentido, el juez en el ejercicio de administrar justicia y dar plena aplicación a la garantía de la presunción de inocencia, debe limitar la privación de la libertad y darle carácter de excepcionabilidad, significa que debe en primer lugar aplicar otras medidas cautelares sustitutivas de libertad a la persona objeto de un proceso penal.
Atendiendo a los Principios de Presunción de Inocencia y Afirmación de la Libertad, establecidos en los artículos 8 y 9 del Código Orgánico Procesal Penal, respectivamente, reconocidos desde la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa y promovida por los que lideraron el movimiento que fomentaran las bases para el procedimiento penal moderno, tales como: Beccaria, Voltaire y Filangieri, así como en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, en su artículo 11; e igualmente en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José) de 1978, y consagrados en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, siendo de cumplimiento obligatorio en nuestro país, por cuanto dicho pacto ha sido aprobado y ratificado por Venezuela; en concordancia con el numeral 1 del artículo 44 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que prevé la Inviolabilidad de la Libertad Personal, en relación con el numeral 2 del artículo 49 eiusdem, que prevé el Principio de Inocencia.
De igual forma, atendiendo a lo establecido en los artículos 243, 244, 263 y 264, todos del Código Orgánico Procesal Penal; los cuales textualmente establecen:
Artículo 243: “Estado de libertad. Toda persona a quien se le impute participación en un hecho punible permanecerá en libertad durante el proceso, con las excepciones establecidas en este Código.”
Artículo 244: “Proporcionalidad. No se podrá ordenar una medida de coerción personal cuando ésta aparezca desproporcionada en relación con la gravedad del delito, las circunstancias de su comisión y la sanción probable.”
Artículo 263: “Imposición de las medidas. El tribunal ordenará lo necesario para garantizar el cumplimiento de las medidas a que se refiere el artículo 265...”
Artículo 264: “Examen y revisión. El imputado podrá solicitar la revocación o sustitución de la medida judicial de privación preventiva de libertad las veces que lo considere pertinente. En todo caso el juez deberá examinar la necesidad del mantenimiento de las medidas cautelares cada tres meses, y cuando lo estime prudente la sustituirá por otras menos gravosas.”
En ese orden de ideas, este Tribunal en consecuencia, considera que lo procedente y ajustado a derecho, es declarar, LA APLICACIÓN DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN Y DE SEGURIDAD, contra el presunto imputado DARWIN RAFAEL ÁVILA FERNÁNDEZ, y a favor de la víctima, María Josefa Gómez, de las establecidas en el artículo 87 numerales 5 y 6 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y MEDIDA CAUTELAR, de la contenida en el numeral 8 del artículo 92, eiusdem, en relación con el artículo 256 numeral 3 del Código Orgánico Procesal Penal, consistentes en:
1) Prohibición expresa al agresor de acercarse a la víctima, para perjudicarla o agredirla en su lugar de trabajo, de estudio o de residencia; por si solo o por intermedio de terceras personas.
2) Prohibición expresa de ejercer cualquier acto de persecución, intimidación o acoso directamente o por medio de terceras personas en contra de la víctima o alguno de sus familiares.
3) Presentaciones periódicas, cada quince (15) días por ante la Oficina del Registro Civil del Municipio José Tadeo Monagas de Altagracia de Orituco, Estado Guárico.
DISPOSITIVA
Por todos los fundamentos de hecho y de derecho antes expuestos, este Tribunal de Primera Instancia en Funciones de Control Primero (1°) del Circuito Judicial Penal del Estado Guárico, con sede en esta ciudad de San Juan de los Morros, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la ley, emite los siguientes pronunciamientos:
PRIMERO: Acuerda, la continuación de la presente causa, por las reglas del PROCEDIMIENTO ESPECIAL Y SE DECRETAN LOS HECHOS COMO FLAGRANTES, de conformidad con lo establecido en los artículos 79, 94, 98 y 93, respectivamente, de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en relación con lo previsto en el artículo 373 del Código Orgánico Procesal Penal.
SEGUNDO: Decreta, LA APLICACIÓN DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN Y DE SEGURIDAD, contra el presunto imputado DARWIN RAFAEL ÁVILA FERNÁNDEZ, y a favor de la víctima, María Josefa Gómez, de las establecidas en el artículo 87 numerales 5 y 6 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y MEDIDA CAUTELAR, de la contenida en el numeral 8 del artículo 92, eiusdem, en relación con el artículo 256 numeral 3 del Código Orgánico Procesal Penal.
TERCERO: Se declara, con lugar, las solicitudes de las partes.
Publíquese, regístrese, diarícese, déjese copia certificada del presente fallo. Ofíciese lo que haya lugar. Cúmplase.-
LA JUEZA,
DRA. BEATRIZ JOSEFINA RUIZ MARÍN
LA SECRETARIA,
Abg. ZAIDA ÁVILA
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